Hemos llegado al final de nuestra serie donde hemos hablado sobre las conversaciones cruciales, y donde hemos pedido la guía de Dios para tener esta lista de habilidades que debemos desarrollar para que nuestras conversaciones sean de bendición para nosotros y para las otras personas:
- Empezar con el Corazón
- Aprender a Observar
- Establecer la seguridad
- Dominar mis historias
- Declarar mi opción
- Explorar la opción de otros
Permítanos agradecerle y felicitarla por ser constante en este estudio, sabemos que ha sido de mucha ayuda. Para cerrar nuestra serie en esta ocasión hablaremos la última habilidad a desarrollar: Movilizarnos a la acción.
Memoriza la palabra de Dios – Filipenses 2: 3-4
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.
Adora al Señor
Abra su corazón y conéctese con Dios mientras disfruta de esta alabanza.
Medita en el tema de hoy: Moverse hacia la acción
En las últimas semanas hemos estado aprendiendo sobre algunas habilidades para tener conversaciones cruciales exitosas, son siete las habilidades que puede poner en práctica para que el resultado sea edificante para su vida y para la vida de los otros.
Entre estas habilidades mencionábamos sobre tener una conversación con el corazón, la importancia de tener empatía con los otros, el establecer seguridad y confianza; el dominar nuestras historias, dar a conocer de forma honesta su opinión, y el también poder dar la oportunidad de que la otra parte comparta su punto de vista, ante la situación.
Para cerrar nuestra serie, ahora hablaremos sobre moverse a la acción y poder tomar un camino junto a las personas con las que está tratando el tema de las conversaciones cruciales. Y es que uno de los logros más importantes en las relaciones, sea en el matrimonio, con la familia en el hogar, en una empresa, o hasta en la iglesia; es el poder caminar, crecer y prosperar juntos. Esto, inspirados y movilizados por un objetivo en común, un solo propósito.
Y así lo estudiamos según lo que dice la Palabra de Dios, en Filipenses 2: 1-5 donde el aposto Pablo menciona:
1 Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, 2 llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. 3 No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. 4 Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás.
5 La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,
Y a esto nos referimos con el poder definir en medio de esas conversaciones, cuál es el propósito de estar junto a esas personas. El objetivo es poder lograr unidad, que podamos encontrar los motivos para tener relaciones sanas, y valorar el camino es una de las claves para la bendición en todo equipo: matrimonio, familia, iglesia, empresa.
Propóngase como meta, lograr una visión o un sueño compartido; es decir, que se vuelva el sueño de todos en sus relaciones sin importar el ámbito.
En ocasiones creemos que los que nos rodean conocen la visión, la razón, el propósito, ¡pero la mayoría tiene su propia agenda porque desconoce el “camino juntos”!
Veamos cómo Jesús le dió importancia a aclarar la visión y misión que todos los hijos de Dios necesitamos compartir:
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 12 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.[a]
13 Y entrados, subieron al aposento alto… 14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Hechos 1:6-14
¡La meta es lograr una visión o un sueño compartido; es decir, ¡que esa visión se convierta en el sueño de todos!
Cuando logramos esto podemos avanzar en nuestro matrimonio, familia, proyecto, logramos los objetivos de la empresa y del ministerio.
Reflexionemos:
- ¿Tengo objetivos o metas específicas en mis relaciones de familia, iglesia o trabajo?
- ¿Estoy tomando acción en mis relaciones y teniendo las conversaciones cruciales que nos ayuden a crecer juntos?
Oremos juntas:
Dios, gracias por cada persona que pones en mi camino. Agradezco por cada una de mis relaciones porque me enseñan que tú te mueves en todo momento junto a mí, que me ayudas a experimentar tu amor a través de otros, y que siempre estás para hacerme crecer en cada área de mi vida. Señor, te ruego que me des claridad de pensamiento para poder proponerme metas en conjunto con mi pareja, familia, amigos y hermanos de la iglesia; siempre que seas tú el centro de mis relaciones. Amén.